sábado, 18 de marzo de 2017

EL LEGADO ARTÍSTICO DEL ESCULTOR CÁNDIDO MATA CAÑAMAQUE (Incluye video)



Su legado artístico está muy presente en la ciudad. Más de lo que puedan imaginar. El escultor Cándido Mata Cañamaque (1883-1972) dejó su sello en numerosos edificios ceutíes, tanto públicos como privados. Fue una de las figuras –en el ámbito artístico- más destacadas en la época de la II República, y posteriormente en la postguerra. Entre sus obras destacan la decoración de la zona noble del Ayuntamiento de Ceuta, la cúpula del edificio Trujillo o la mezquita Muley-El Medhi. Anteriormente, Cándido Mata Cañamaque había adquirido un importante prestigio en la zona del Protectorado Español en Marruecos tras realizar la decoración del popular Teatro Cervantes, en Tánger. 
Cándido Mata Cañamaque nació en Jerez el 16 de agosto de 1883. Cuando apenas tenía once años su familia se trasladó a Sevilla. Fue en la capital hispalense donde, siendo todavía un niño, comenzó a demostrar su destreza en el mundo de la escultura realizando Cristos de barro. Sin ningún tipo de formación, creó sus primeras obras. Un día decidió situarse en una calle muy transitada, y comenzó a darle forma a un bloque de barro hasta crear una talla del Ecce Homo. Una vez finalizada, varias personas se interesaron por adquirir el Cristo. Esta circunstancia le animó a comenzar a vender sus obras. 
El destino le aguardaba a Cándido Mata Cañamaque un hecho que marcó su trayectoria como artista, puesto que un hombre que le había visto trabajar durante Semana Santa le propuso pagarle los estudios en la Escuela de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría (Sevilla). De este modo, veía cumplido un sueño. Cursó la especialidad de Escultura y fue becado para continuar sus estudios en Roma, pero renunció por amor –solía decir que el amor y el arte, aunque parecen cosas relacionadas, son enemigos- y tras casarse, inició su trayectoria profesional como escultor en Sevilla. 


Años después, ya iniciado el Protectorado Español en Marruecos, se afincó en Tánger, ciudad en la que realizó la decoración del Teatro Cervantes. Su obra no pasó desapercibida, y pronto, le encomendaron la decoración (artesonados y balaustradas) de un palacio (propiedad de un ciudadano alemán) ubicado también en Tánger. No había finalizado aún los trabajos, cuando le propusieron que plasmara su arte en el Ayuntamiento de Ceuta, coincidiendo con el pintor Mariano Bertuchi. Cándido Mata Cañamaque adquirió una importante notoriedad en el norte de África. Recibía constantemente ofertas de trabajo tanto en Ceuta como en otras zonas del Protectorado Español. Entre sus trabajos destacan la decoración del Palacio del Jalifa (Tetuán), el salón árabe de la Alta Comisaría (Tetuán) o el monumento a los caídos en la Guerra de África (Tánger), aunque también fue reclamado en otras ciudades más lejanas como Rabat, Casablanca o Larache.
Finalmente en 1928 fija su residencia en Ceuta, adquiriendo un local en la Avenida de África –junto a lo que hoy es el antiguo edificio de la UNED- donde construye una casa-taller. Desde entonces desarrolló una importante y prolífica carrera artística en Ceuta, ciudad en la que falleció el 31 de enero de 1972. 


Legado artístico 

Tal y como lo demuestra la recopilación hecha por su biznieto, Francisco Mata; el legado artístico de Cándido Mata Cañamaque es tan numeroso como rico por el valor histórico y cultural de su obra. Su sello aún está presente en muchos edificios –privados y públicos- de la ciudad y es fácilmente apreciable en lugares tan emblemáticos como el inmueble del antiguo Hotel Majestic, Casa Delgado (Paseo del Revellín), Casa Marañés (calle Serrano Orive) o Edificio Trujillo. 
Cándido Mata también es autor de la decoración interior del Casino Militar, Cinema Apolo o Casa Guil (Recinto). Entre los edificios públicos o institucionales destacan los trabajos realizados en el antiguo Instituto Hispano Marroquí o en el exterior e interior de la zona noble del Ayuntamiento de Ceuta. El salón del Trono o el antiguo despacho del alcalde, llevan el sello del escultor jerezano. 
Encomendado por las autoridades de la época, también efectuó numerosos trabajos en la vía pública. Todavía es factible apreciar y disfrutar de algunos de ellos. Una de las obras más representativas es la tribuna o base donde se asienta la escultura de González Tablas, en el Paseo de las Palmeras. Fue autor de las columnatas del ya desaparecido Cine África, de los jarrones ubicados -aún permanecen- en la entrada de la Iglesia de San Francisco o de las balaustradas del Paseo de La Marina Española, Calle Independencia y Paseo de las Palmeras (antes de su remodelación). 


Aunque el artista se centró en la decoración, también fue autor de varias estatuas. Pese a que vivió diferentes etapas políticas, Cándido Mata contó con la confianza de los distintos Gobiernos de la época. Así lo demuestran algunos de sus trabajos como el busto de Francisco Franco, la alegoría a la República, las placas conmemorativas del Paso del denominado Convoy de la victoria o el conjunto escultórico en homenaje a los militares Fermín Galán y Ángel García Hernández, fusilados con motivo de la sublevación pre-republicana en el año 1930. Según publicó el investigador Francisco Sánchez Montoya en el diario ‘El Faro de Ceuta’, este monumento que fue inaugurado en el año 1932 en los jardines de San Sebastián, fue arrojado al mar por un grupo de falangistas tras el golpe de 1936. 


Biznieto 

Con el paso del tiempo, la figura de Cándido Mata Cañamaque quedó casi en el olvido. Ésta fue una de las razones por las cuales, Francisco Mata, su biznieto comenzó a investigar y recopilar datos, documentos y fotografías sobre los trabajos realizados por su antepasado. “Nadie había hecho nada por darle el homenaje que se merecía para que ocupara el lugar que le corresponde en la historia de Ceuta”, justifica Francisco Mata. 
La ardua labor realizada durante los últimos años le ha permitido, no sólo profundizar en la vida del escultor jerezano, sino también descubrir la grandeza artística de su bisabuelo. Desde entonces se ha convertido en un “apasionado” de su obra. Pero sobre todo, ha cumplido con su objetivo, puesto que consiguió que a nivel institucional se reconociera públicamente la trayectoria artística de Cándido Mata Cañamaque otorgándole la Ciudad Autónoma una plaza con su nombre. Un importante reconocimiento, que sin embargo considera “insuficiente” por lo que significó y aportó su antepasado. Guarda como un tesoro toda la información obtenida. Y no es para menos. Antiguas fotografías en blanco y negro; otras más modernas en las que se aprecian los trabajos elaborados por su bisabuelo, imágenes escaneadas, documentos, etc… Todo ello forma parte de una colección que ha rescatado el legado de Cándido Mata. Fundamental ha sido la ayuda prestada por José Luis Gómez Barceló, cronista oficial de Ceuta. Analizando su obra, Francisco Mata extrae una conclusión: “No perdió el tiempo, y fue, además de un gran artista, un adelantado para su época”. 
Cuando pasa ante un edificio que tiene el sello de su bisabuelo, no duda en mirar hacia arriba para contemplar esos trabajos que perduran en el tiempo. Y reconoce que ha llegado a emocionarse contemplándolos. No nació en Ceuta, pero la figura de Cándido Mata Cañamaque fue –y lo sigue siendo- una de las más representativas en el patrimonio cultural y artístico de la ciudad. Su legado, aún visible y –quizás injustamente poco valorado- así lo demuestra.