miércoles, 10 de junio de 2015

ANTONIO MENA VICARIO NO ES DE CEUTA


Su historia nos recuerda a la de Antonio López Sánchez-Prado. Existen muchas similitudes. También muchas diferencias, pero la fe que los algecireños sienten hacia su figura es comparable a la devoción de los ceutíes por el doctor y alcalde republicano. A Antonio Mena Vicario, conocido como ‘El santito de Algeciras’ o ‘Antoñito’ se le atribuyen supuestas curas, ayudas milagrosas y favores. De ahí la esperanza que cientos de personas depositan en él, y prueba de ello es que su tumba -en el antiguo cementerio de Algeciras- desde hace años siempre está llena de flores y de muestras de agradecimiento. Al igual que ocurre con Antonio López Sánchez-Prado, ‘El santito de Algeciras’ se ha convertido en un símbolo.
Todo comenzó a mediados de la década de los 70, cuando supuestamente se produjo una aparición en el cementerio donde descansan sus restos desde 1942. Hasta no hace mucho tiempo, no existían muchos datos sobre su figura, aunque desde que se produjera este hecho, se le ha relacionado con Ceuta. Pese a todo no se ha aportado ningún documento que acredite su nacimiento en la ciudad.
Sin entrar a valorar en la credibilidad o no de esta historia; según diferentes testimonios, la supuesta aparición de Antonio Mena Vicario se produjo a mediados de la década de los setenta. Desde entonces, su figura se ha convertido en una fuente de esperanza para cientos de personas que le profesan una gran devoción, y que acuden a su tumba en busca de todo tipo de ayudas. En su nicho, en el que nunca faltan flores, se pueden apreciar numerosas placas de agradecimiento, distintos objetos (medallas, estampas, chupetes, rosarios, etc…) e incluso fotografías de Antonio López Sánchez-Prado. La historia –según publica el investigador Fernando Rodríguez en su blog ‘www.cajondeenigmas.blogspot.com’- tuvo como escenario el antiguo cementerio de Algeciras: “Una mujer vecina de la famosa barriada de ‘La  Bajadilla’ estaba adecentando el nicho de su hija recientemente fallecida en un accidente. Esta mujer no había terminado de asimilar la muerte de su hija, y en su desconsuelo permanecía allí llorando horas enteras. Según se sabe (por el guarda del cementerio), ella entraba en una especie de ‘conversación’ con la que pasaba el tiempo. Pues esa tarde, esta desconsolada madre observó como un muchacho que estaba junto a ella intentaba mediante su voz darle consuelo e intentar de explicarle que su difunta hija estaba feliz y se encontraba en un bonito lugar, por lo cual no debía de seguir atormentándose por su muerte. Así mismo el joven le dijo: ;”.


 “La mujer –continúa el relato- un poco sorprendida por aquella petición e incluso por el descaro del muchacho, le dijo que así lo haría, una vez terminara de estar con su hija. Poco después esta mujer, se acercó a la tumba que le había indicado ese muchacho y pudo observar que realmente se encontraba en un estado de total abandono: las hierbas y el polvo cubrían la lápida. Conforme iba arrancando algunas hierbas y limpiando la lápida, empezó a fijarse en una fotografía que tenía la misma. Rápidamente comenzó a gritar en un claro estado de nerviosismo, y un guarda del camposanto, acudió a ver qué ocurría. Al llegar este hombre al lugar, la mujer se encontraba buscando con la mirada desencajada al extraño joven, si bien señalaba a la lápida del desconocido diciéndole al guarda...<>”.
Desde que se produjera la supuesta aparición, ‘El santito de Algeciras’ ha sido relacionado con Ceuta. Aunque diferentes testimonios y la creencia popular así lo afirman, toda la documentación a la que he tenido acceso refleja que es natural de Algeciras. Así viene recogido en su certificado de defunción, documento que obra en mi poder tras haber sido solicitado al Ministerio de Justicia. En el mismo, la muerte de Antonio Mena Vicario es registrada el 2 de febrero de 1942, aunque se produjo un día antes a las seis de la tarde. El documento está rubricado por el Juez municipal suplente, Manuel Ruiz Fernández y el secretario interino, Fernández Bailac Soto. Cita además el nombre de dos vecinos de Algeciras que actuaron como testigos. Textualmente, el certificado recoge lo siguiente: “En Algeciras, provincia de Cádiz a las diez horas y quince minutos del día dos de febrero de mil novecientos cuarenta y dos, ante Don Manuel Ruiz Fernández, Juez municipal suplente  y Don Fernando Bailac Soto, secretario interino se procede a inscribir la defunción de D. Antonio Mena Vicario nacido en Algeciras, provincia de Cádiz, hijo de Don Rafael y Doña María”.
En cuanto a su estado civil, el documento oficial refleja que “se ignora”, desconociendo además “si deja o no descendencia”.


La muerte de Antonio Mena Vicario, según su certificado de defunción, se produjo en el Hospital Militar de Algeciras. En lo que a las causas se refiere, el fallecimiento –según el documento- se debió a una “obstrucción intestinal”. El diagnóstico estaba basado en la “certificación Militar Facultativa”.
Antonio Mena Vicario ha sido relacionado con la Legión. Pero es falso, puesto que la documentación extraída del Archivo General Militar de Guadalajara certifica que “fue movilizado y marchó a zona roja a efectuar su incorporación. Se desconoce su actuación en dicha zona. Al terminar la guerra huyó a Francia y de allí regresó a esta ciudad [Tánger]”. Posteriormente, y según refleja un documento de la Junta de Servicios Municipales de Tánger, fue puesto a disposición de la Comisión Clasificadora de Prisioneros y Presentados de la Circunscripción Occidental de Marruecos, siendo destinado al Batallón de Trabajadores número 212. En este mismo documento se reconoce que “antes y durante el Glorioso Movimiento Nacional no se le conocieron actividades políticas de clase alguna y si bien hizo causa común con los rojos no se señaló ni destacó como elemento activo ni dirigente entre ellos”. Este dato contrasta con el aportado por la familia y recogido en el blog 'lavozdegetares.blogspot.com', y en el que se afirma –textualmente- que “no participó en ningún tipo de actividad política, ni revolucionaria, ni nada que se le parezca. Un joven con una vida normal y, hasta cierto punto, ajeno a la situación que se vivía en su patria natal: la Guerra Civil”. En la ficha de Antonio Mena Vicario registrada en el Batallón de Soldados Trabajadores número 10 figura que “fue presentado” en Ceuta el 29 de mayo de 1939.
Según viene reflejado en un documento del Consulado General de España en Tánger –Antonio Mena Vicario vivía desde el año 1926 en esta localidad- el 16 de junio de 1940 fue alistado en la Caja de Reclutas de Cádiz para “servir en clase de Soldado por el tiempo de diez y ochos años”. Otro documento del Consulado General de España en Tánger recoge que el 16 de diciembre de 1941 fue destinado al Campo de Concentración Miguel de Unamuno (Madrid). Su incorporación fue registrada el 18 de diciembre y su salida se produjo un día más tarde con destino a la 3ª Compañía del Batallón de Trabajadores número 10, en Algeciras.  Allí falleció el 1 de febrero de 1942. Su muerte se produjo en el Hospital Militar de Algeciras. Tal y como se ha explicado anteriormente, el fallecimiento se produjo por “obstrucción intestinal”. Según recoge el blog 'lavozdegetares.blogspot.com', “un grupo de soldados, entre los que se encuentra Antonio, caen enfermos a consecuencia del consumo de unas batatas en mal estado, cocidas en agua de las bestias”. “Fue un compañero suyo de reemplazo –continúa el relato- el encargado de enviarles un telegrama a los padres para comunicarles la grave situación de su hijo y de otros compañeros. […] Ante esta noticia, su padre se desplaza urgentemente a la Península, a ver a su hijo. Cuando llega a Algeciras, le comunican que Antonio está ingresado en el Hospital Militar. Todos los afectados permanecían aislados, ante la posibilidad de contagio, en una sala de enfermos infecciosos, apartados del resto de pacientes para evitar su propagación. Su padre sufrió una larga espera de día y media sin poder ver a su hijo, hasta que le comunicaron la triste noticia de su fallecimiento. Es en este momento, cuando le permiten verlo sobre una fría mesa del hospital”.

Junto a que Antonio Mena Vicario es ceutí y legionario, con el paso de los años también ha ido popularizándose diferentes versiones sobre los motivos que provocaron su muerte. Una de ellas, y según explica el investigador Fernando Rodríguez es que murió “como consecuencia de una pelea o paliza callejera”. Según recoge el blog 'lavozdegetares.blogspot.com', el  padre llegó a plantearse esta posibilidad al presentar el cuerpo de su hijo “el vientre hinchado y un color morado (cianótico) en la misma zona, producido por la obstrucción intestinal”, pero “esta idea desaparece de su mente ante la situación que se vivía en aquel Hospital, debido a la situación de otras personas, como Antonio”.

El desconocimiento en torno a la vida de Antonio Mena Vicario ha provocado muchas especulaciones y falsas referencias. Entre ellas, el que fuera legionario –incluso se ha comercializado una falsa fotografía luciendo el uniforme- o que hubiera nacido en Ceuta. Tal y como queda demostrado en este reportaje ambos aspectos son incorrectos. Pese a ello e independientemente a la creencia o no en fenómenos paranormales, la figura de Antonio Mena Vicario genera una gran devoción entre los algecireños. Es un auténtico símbolo. 

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